Riotinto sangra por heridas de rebelión

Creo sinceramente que no he estado a la altura de este lugar, no es muy comercial esta frase, que digamos, pero así lo siento. Os explico el porqué.

Riotinto no solo es un lugar muy fotogénico, diría que espectacular, es historia de los derechos humanos en estado puro. Me refiero a que hace poco mas de 100 años, en esta zona, ocurrió algo que apenas nadie conoce, y que supuso un pequeño impulso en pro de los derechos del trabajador y diría que en los derechos fundamentales del ser humano.

A finales del siglo XIX, España sumida en una crisis brutal vende unas fincas enormes en Huelva a una empresa británica, para su explotación minera. Este lugar, explotado antes por Tartesos, Fenicios y Romanos (cabe destacar que los esclavos que trabajan allí tenían una esperanza de vida de 34 años), es un filón para la extracción de Cobre y Hierro. En poco tiempo Riotinto Company Limited se convierte en la mayor empresa del mundo, y sus minas las mas rentables y enormes, llegando a trabajar mas de 16000 personas, en su mayoría agricultores de la zona, que veían sus rentas crecer comparadas con lo que le daba el campo.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce (nunca mejor dicho), durante esta etapa industrial tan provechosa debido a la riqueza de las minas y al buen hacer de trabajadores y empresarios (con una forma exitosa de extracción a cielo abierto), el impacto ambiental fue enorme y lo peor de todo, las condiciones laborales eran deplorables. Para extraer el cobre del mineral bruto, se calcinaba con las maderas de los bosques de alrededor, desprendiendo humos a la atmósfera, envenenando el aire con alto contenido de dióxido de azufre y anhídrido sulfúrico, aparte de la posterior lluvia ácida, lo que hacía que los trabajadores de la zona tuvieran enfermedades muy graves, arruinando cosechas y provocando un daño ecológico irreparable (es aquí donde surge el primer movimiento ecologista del país). Durante los días de esas quemas no se podía trabajar, y la empresa no pagaba los salarios. Curiosamente desde hacía 25 años antes, en Inglaterra estaban prohibidas estas prácticas por su peligrosidad. 

Hasta que en 1888, los trabajadores se agruparon en torno a un anarquista llamado Maximilano Tornet para negociar las condiciones laborales que hasta entonces sufrían. Durante 4 días se pusieron en huelga la práctica totalidad de los trabajadores, intentando llegar a un acuerdo con la empresa inglesa para que evitaran las calcinaciones, con resultado negativo. El 4 de febrero, mientras 12000 mineros se manifestaban en Riotinto, el Regimiento Pavía (militares españoles), que había acudido tras la solicitud del director ingles de la mina, abrió fuego sin ningún tipo de compasión y sin previo aviso, contra los manifestantes, mujeres y niños incluidos. Investigaciones posteriores no aclararon quien dio la orden, ni el número de muertos (se habla de centenares según los testigos), ni tampoco hubo juicios de ningún tipo.

Meses después la empresa dejó de usar las calcinaciones para extraer el cobre y el hierro, y se mejoraron las condiciones laborales de los mineros, surgiendo ayudas para escolarizaciones, asistencia médica gratuita, reducciones de jornadas...etc. Aunque los problemas no terminaron por completo.

Esta es una pequeña parte de la historia de este lugar, de un lugar sacado de Marte (hasta la NASA lo cree así e investiga allí), pero donde sin haber apenas vida, la naturaleza nos habla como puede de lo que allí aconteció, sin dejar crecer ni una rama para que seamos conscientes de lo que hicimos,  y donde un río surca sus tierras dejando un rastro no tinto si no carmín a modo de chorro de sangre sobre su piel, una herida aun abierta para que nos acordemos de esos cientos de personas que dieron su vida por nosotros sin saberlo.

Seguro que ahora comprendéis porque no estuve a la altura.